Por lo general los vegetarianos rechazan el consumo de carne por motivos humanitarios o de salud. Los ovolactovegetarianos no comen carne ni pescado, pero sí huevos y productos lácteos; en cambio, los vegetarianos estrictos se limitan sólo a los productos de origen vegetal.
Se estima que los vegetarianos tienen un 40% menos de riesgos de sufrir algún tipo de cáncer que los que consumen carne. Su dieta contiene gran cantidad de fibra y carbohidratos complejos, y muy pocas grasas saturadas, de ahí que suelan estar más delgados que los que consumen carne, tengan un nivel de colesterol más bajo y padezcan menos problemas coronarios.
Los ovolactovegetarianos que siguen una dieta equilibrada no suelen carecer de ningún nutriente. La combinación de cereales y legumbres (en un plato sencillo como lentejas con arroz integral) proporciona tantas proteínas como la carne, mientras que el hierro, el calcio y el ácido fólico se pueden tomar de las verduras de hoja verde , frutos secos y los alimentos elaborados a partir de la semillas.
Los vegetarianos estrictos suelen tener deficiencia en de vitaminas B12, de ahí que deban tomar alimentos enriquecidos con dicha vitamina, como la leche de soja o el extracto de levadura, o bien algún suplemento. Siempre y cuando reciban la cantidad necesaria de sol deberían producir suficiente cantidad de vitaminas D.
Muchos buscan conseguir y llegar al nivel de practicar las dietas macrobióticas que se basan en la doctrina Zen japonesa, con el objetivo de llegar a lograr el equilibrio entre el yin que es la parte femenina y el yan la parte masculina de los diferentes alimentos. En la versión más ortodoxa, la dieta consiste únicamente en arroz integral, lo que lleva sin duda a un estado de malnutrición.
Las modalidades más flexibles evitan los riesgos de la obesidad, la hipertensión, la subida de nivel de colesterol, el estreñimiento y el cáncer; aunque esto es lo mismo se puede conseguir con una dieta ovolactovegetariana o vegetariana.