Estás durmiendo plácidamente y de repente te despiertas con el gemelo a la altura de la lámpara de la habitación. O los ’isquios’… Aunque suelen ser los gemelos. Te hablamos de esos calambres nocturnos y como evitarlos.
«Esto puede durar unos segundos o minutos, seguido de unas horas de molestias y posibles problemas durante algunos días», explica el neurólogo en la Universidad de Florida Michael Jaffee.
La causa de estos molestos calambres es complicada de encontrar, se dice que la más común es la deshidratación, aunque algunos estudios no van en esa dirección. Estos calambres también pueden ser por culpa de problemas de circulación, pies planos, o problemas posturales durante el resto del día. También algunos medicamentos diuréticos o contra el asma o el colesterol tienen vínculo con ellos, según varios estudios. Sin dejar de lado patologías más complicadas vinculadas a los músculos y al sistema neurológico.
Sin conocer la causa exacta, es difícil acabar con ellos, pero podemos echarte una mano a que dure lo menos posible. Lo primero que tienes que hacer lo más rápido posible es estirar el músculo afectado. Otro consejo rápido es cambiar la temperatura de la zona, bien con agua caliente o bien con agua muy fría. Hidratarte también es un remedio para que el ‘ascenso’ del gemelo llegue a su fin.
Con información: Men’s Health