Al actualizar continuamente tu estado, no sólo estás poniendo al día a tus amigos sobre detalles de tu vida, también les estás alertando a los delincuentes quién eres y cuándo no estás en casa.
Si alguna vez has buscado a un viejo amigo en Internet, ya sabes lo fácil que puede ser hallarlo. La búsqueda más sencilla puede revelar sus contactos sociales (en Facebook), su experiencia laborar (en Linkedln) y hasta lo que está haciendo en este instante (en IG y Twitter). Y es probable que seguirte a ti la pista sea igual de fácil. Pero lo que quizás no sabes es que todo ese acceso les facilita el terreno a los criminales y hasta pervertidos sexuales.
Aquí te ofrecemos algunos consejos para evitar que tu información personal caiga en manos del espionaje.
- Para un criminal sólo son suficiente 9 minutos o menos para obtener los datos que necesita: Hay datos que no son particularmente un riesgo por sí solos, pero tienen un efecto acumulativo, y si alguien dedica tiempo a leer cada mensaje y comentario, estos pueden convertirte en una pieza clave.
- Utiliza un nombre ficticio, no el verdadero, cada vez que te sea posible y no brindes ningún dato (a no ser que estés segura de con quién te hablas).
- Todo lo que necesitará un ladrón es saber tu nombre y apellido, y encontrar tu número de teléfono y dirección. Por eso debes ser muy cuidadoso con las personas que aceptas en tu red social.
- Evita publicar todo lo que haces diariamente, para que le seas difícil de localizar a los criminales.
- Configura tus cuentas de redes sociales en un modo seguro de privacidad, y evita que personas que no conozcas tengan acceso a tu perfil. Muchas cuentas de espionaje suelen ser ficticias y hasta utilizan datos faltos.
Recuerda la información que facilitas, voluntaria e involuntariamente, es clave en tu protección.
Redacción Zigmaz
