Según los expertos, beber demasiada agua puede eventualmente causar inflamación en el cerebro, evitando que regule las funciones vitales que debe desempeñar, como la respiración, lo que puede llegar a causar la muerte.
Proceso
El agua que bebemos es eliminada por el organismo en la orina y el sudor, básicamente.
Las cantidades del líquido en el cuerpo deben estar reguladas para controlar los niveles de ciertos componentes de la sangre, como el sodio.
Si tomamos demasiada agua, los riñones eventualmente no son capaces de funcionar lo suficientemente rápido para eliminar el exceso de líquido del cuerpo.
Con esto ocurre una dilución de los niveles de los componentes de la sangre, como sodio, potasio y cloro.
Si no están en una relación adecuada en la sangre y si se diluyen demasiado, también ocurre una dilución de los componentes en el interior de las células.
Límites
El agua es esencial para una variedad de funciones del organismo, por ejemplo para eliminar desechos como la urea.
Durante el día vamos perdiendo agua, así que es necesario reemplazarla.
El consumo de agua depende del requerimiento calórico, en circunstancias normales un adulto debe requerir entre 1,8 y 2,5 litros cada día.
La falta de agua puede conducir a problemas que van desde irritabilidad, fatiga hasta bajo rendimiento físico e intelectual.
La gente debe saber que la sed es un reflejo demasiado tardío, que suele ocurrir cuando la persona ya está teniendo problemas de deshidratación.