El anuncio del domingo implica que a las mujeres de Arabia Saudí se les permitirá por primera vez asistir a eventos deportivos dentro de los estadios junto a los hombres.
Bajo el sistema de tutela vigente en este país, un miembro varón de la familia -normalmente el padre, esposo o hermano- debe otorgar permiso para el estudio, los viajes y otras actividades de una mujer.
Sin embargo, el reino parece estar flexibilizando algunas normas como parte de su plan denominado «Visión 2030» para las reformas económicas y sociales, mientras se prepara «para una era posterior al petróleo».
El mes pasado, un decreto real anunció que a las mujeres se les permitiría conducir.
También se espera que el reino levante la prohibición pública de los cines y permita las celebraciones de géneros mixtos, algo nunca antes visto.
«Primero mujeres conduciendo, ahora estadios. ¿Qué sigue? ¿Clubes nocturnos?» dijo un usuario saudí de Twitter, haciéndose eco de una avalancha de comentarios en redes sociales que expresaban sorpresa por el ritmo acelerado de las reformas.
El príncipe
En una llamativa aparición pública, la semana pasada, Mohammed bin Salman prometió una Arabia Saudita «moderada», considerada durante mucho tiempo exportadora de una especie de islam puritano.
El príncipe de 31 años,, como es bien sabido, prometió que su reino volverá a ser «lo que era antes: un país de Islam moderado que es tolerante con todas las religiones y el mundo».
Su comentario coincide con su imagen pública de audaz reformador liberal en un país muy conservador donde más de la mitad de la población tiene menos de 25 años.
Pero su visión de una nueva Arabia Saudita está plagada de riesgos y podría desatar una reacción de los conservadores, advierten analistas.
Con información: BBC Mundo