El mundo de los libros abarca sin dudar una de las más grandes y hermosas experiencias del ser humano. Introducirnos en la literatura no solo nos hará disfrutar como nunca, viajar a lugares inimaginables y vivir magníficas experiencias, sino también nos hará personas más capaces, inteligentes, maduras y con un amplio conocimiento del mundo, leer hará que nuestro léxico, creatividad e imaginación mejoran, que nuestra autoestima y perseverancia se eleven a tal punto que tendremos las metas y sueños más grandes que el ser humano puede aspirar y además las herramientas necesarias para lograr cada uno de ellos.
Pero ¿cuál es el mejor momento para iniciarnos en este maravilloso mundo? Mientras antes, mejor. Los libros son amigos que nos acompañaran en cualquier momento de nuestras vidas y tienen contenidas todas las respuestas a nuestros problemas, en ellos podemos sentirnos confiados, felices y desahogados. Crear un hábito de lectura es importante, desde el instante de la concepción las personas deberíamos estar expuestas al mundo de las letras pero ¿cómo hacer que esta actividad no resulte tediosa?
Cuando se tiene hijos se empeña en que estos aprendan a leer lo más rápido posible, la lectura se implanta como un deber, la máxima obligación y se deja de lado la idea de que ésta puede ser la experiencia más agradable existente. Los adultos se enfrascan en el hecho de que los jóvenes deben leer mucho pero se les olvida que sus hijos son el reflejo de lo que ellos son y que por lo tanto, mientras ellos no lean sus hijos probablemente tampoco lo harán, y mientras ellos crean que leer es aburrido sus hijos también lo creerán, y mientras no se cultive el hábito de la lectura las personas dejarán de un lado esta honorable tarea.
Jorge Luis Borges dijo una vez: “La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz.” Sin embargo la lectura es un acto necesario e irremplazable para el desarrollo de tus ideales, de tu ser y de tu vida, por ello la lectura debe ser implementada como un asunto de diversión y disfrute y así lograr que éste hábito deje de ser una tediosa obligación a ser un pasatiempo hasta obsesivo.
En más de una ocasión me han dicho que la ficción es lo que leen los jóvenes, “cuando crezcas y madures, entonces leerás libros de autoayuda y crecimiento personal. La ficción es solo una etapa” afirman unos adultos con implacable sentencia que nada tiene de cierto. La ficción es la mejor manera de conocer los secretos del mundo, nada te reconfortará más que un buen cuento o novela, estos contienen de la más hermosa manera todo aquello que los libros de autoayuda no pueden lograr. Los libros de crecimiento personal son una clase de pastilla para bajar de peso mientras que la ficción es practicar un deporte para mantenerte en forma.
“La ficción despierta el espíritu crítico, es más que un entretenimiento. La ficción es más que un entretenimiento, más que un ejercicio intelectual que aguza la sensibilidad y despierta el espíritu crítico. Es una necesidad imprescindible para que la civilización siga existiendo, renovándose y conservando en nosotros lo mejor de lo humano. Para que no retrocedamos a la barbarie de la incomunicación y la vida no se reduzca al pragmatismo de los especialistas que ven las cosas en profundidad pero ignoran lo que las rodea, precede y continúa. Para que no pasemos de servirnos de las máquinas que inventamos a ser sus sirvientes y esclavos. Y porque un mundo sin literatura sería un mundo sin deseos ni ideales ni desacatos, un mundo de autómatas privados de lo que hace que el ser humano sea de veras humano: la capacidad de salir de sí mismo y mudarse en otro, en otros, modelados con la arcilla de nuestros sueños».
-Mario Vargas Llosa
Por eso he hecho una pequeña recolección de lecturas para introducir a los niños en el mundo de la lectura, hábito que los acompañará en el desarrollo de su niñez, en los ajetreados años de la adolescencia y en la plenitud de la adultez, en ellos podrán encontrar un hogar, un destino, una morada. Leer sencillamente, nos hará grandes.
1 El principito. Antoine de Saint-Exupéry:
Es el clásico perfecto para los niños, el autor quiso expresar un montón de sentimientos e ideales a través de esta obra infantil. Con un carácter bastante interesante, esta historia se presenta como un motor que impulsa una crítica a la sociedad, más que una propia enseñanza el autor quiere expresar lo que él siente en el momento histórico que escribe esta obra. Está escrita de forma bastante sencilla pero con un trasfondo impresionante que acercará a los niños a una literatura de calidad.
2 Alicia en el País de las Maravillas. Lewis Carrol
Personalmente es una de mis historias favoritas, Alicia en el País de las Maravillas es una obra llena de diversión, imaginación y suspenso. Carrol te introduce en una experiencia sensorial del más alto nivel, una historia que te hace vivir en un mundo de fantasías completamente distinto a cualquier cosa pensada. Fomenta la creatividad, la imaginación y la capacidad creadora de los niños.
3 Harry Potter. J. K. Rowling
Si bien es una historia que atrapa adultos su enfoque está dirigido hacia niños, una serie de libros muy bien contados, con una trama excepcional y giros inesperados. Mucha gente piensa que a los niños se les debe leer cosas muy sencillas que ellos puedan entender, lo que no saben es que estos son tan inteligentes que pueden armar todo un mundo en sus mentes y fomentar esa práctica los hará mucho más vivaces.
4 Peter Pan. James Matthew Barrie
Peter Pan está lleno de diversión, experiencias inigualables e ideas sorprendentes. La versión original es un tanto oscura pero la adaptación para niños es bastante agradable, te hace adorar a Peter y hacer del niño que nunca crece, tu personaje favorito.
5 El mundo de Sofía. Jostein Gaarder
Si creías que tu niño era muy pequeño para saber de filosofía, este libro te demostrará lo contrario, hace un amplio recorrido por la historia de la filosofía occidental planteado de tal forma que no resulta aburrido para los niños, sino más bien entretenido y voraz, mientras estos aprenden las bases de los grandes intelectuales del mundo.
6 Cuento de Navidad. Charles Dickens
Cuento de Navidad es un precioso cuento que tiene ese carácter sentimental de Dickens, con una increíble reflexión y una narración extraordinaria, cualquier niño del mundo podrá conocer lo genial que puede ser la literatura clásica.
