El consumo excesivo de bebidas azucaradas, especialmente las gaseosas, se ha asociado cada vez más con una amplia gama de problemas de salud, entre ellos la disfunción eréctil. Si bien no existe una relación causal directa y comprobada, expertos en urología advierten sobre los riesgos indirectos que estas bebidas representan para la salud sexual masculina.
El doctor Jorge Moanack, urólogo del Grupo Médico Santa Paula (GMSP), explica que el alto contenido de azúcar en los refrescos puede desencadenar una serie de alteraciones metabólicas que, a largo plazo, afectan la función eréctil. «El exceso de azúcar obliga al cuerpo a elevar constantemente sus niveles, lo que a la larga puede generar resistencia a la insulina y otros problemas metabólicos», detalla el especialista.
La disfunción eréctil, señala Moanack, está estrechamente vinculada a la salud cardiovascular. Un estilo de vida sedentario, una dieta rica en azúcares y grasas saturadas, y el tabaquismo pueden dañar las arterias y dificultar el flujo sanguíneo hacia el pene. «El refresco, en sí mismo, no causa disfunción eréctil», aclara Moanack, «pero forma parte de un estilo de vida que puede predisponer a este problema».
Alerta de disfunción eréctil
La función eréctil, según el especialista, depende en gran medida de una buena circulación sanguínea. Un estilo de vida saludable, que incluya una alimentación equilibrada y la práctica regular de ejercicio, es fundamental para mantener las arterias en óptimas condiciones.
El especialista resaltó la complejidad de la disfunción eréctil, señalando que esta condición puede tener múltiples causas, desde factores psicológicos hasta trastornos físicos.
«La disfunción eréctil es un rompecabezas médico», afirma. «Tiene componentes psicológicos, metabólicos, hormonales y vasculares o neurológicos».
Exámenes a realizar
El primer paso para diagnosticar la disfunción eréctil es un interrogatorio clínico detallado. «Un buen interrogatorio es fundamental para orientar el diagnóstico», explica Moanack. Los médicos utilizan cuestionarios específicos para evaluar la gravedad y la frecuencia de los síntomas, así como para identificar posibles factores desencadenantes.
Dependiendo de los hallazgos del interrogatorio, se pueden solicitar pruebas complementarias tanto en laboratorio como a través del servicio psicológico.
En el caso de sospechar causas psicológicas, se puede recurrir a la evaluación de un sexólogo. Si se sospecha un origen hormonal, se pueden realizar análisis de sangre para medir los niveles de testosterona y otras hormonas.
Para evaluar la función vascular, se puede utilizar un Ecodoppler Peneano, que permite evaluar el flujo sanguíneo en el pene. En algunos casos, se pueden realizar pruebas de neurofisiología, como la electromiografía del piso pélvico, para evaluar la función nerviosa.
«Es importante recordar que la disfunción eréctil no es una enfermedad única, sino un síntoma que puede estar relacionado con diversas condiciones médicas», enfatiza Moanack. «Un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado son fundamentales para mejorar la calidad de vida de los pacientes».
La clínica implementa estrictos protocolos de bioseguridad, garantizando un entorno seguro en todo momento, tanto para pacientes como para el personal médico y asistencial. Con el apoyo de su empresa matriz Keralty, esta clínica trabaja y opera soluciones para brindar acceso a la salud a quienes buscan la mejor alternativa para sus problemas médicos.
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Con información de Nota de Prensa