Se piensa que compartir una pipa de agua es inofensivo, divertido y relajante. Y desde hace un tiempo, la narguile. Conocida también como: Narguileh, shisha, hookah y cachimba, están pasando por un resurgimiento en popularidad en Medio Oriente e India, donde se dice que se originaron.
Uno de los principales conceptos erróneos es que los riesgos del tabaco se reducen al mínimo ya que el humo se purifica a medida que pasa a través del agua. Pero eso no tiene en cuenta de dónde proviene el humo que entra a la boca. El tabaco se quema en un plato pequeño en la parte superior de la pipa de agua. Se inhala a través de una boquilla que está conectada por un tubo a un depósito de agua en la parte inferior. Al inhalar, se extrae el humo de la quema del tabaco, que burbujea al pasar por el agua antes de llegar a la boca.
Según un estudio realizado por la Oficina Nacional Antidrogas (ONA) a través del Observatorio Venezolano de Drogas (OVD) y con el apoyo del Grupo de Investigación Toxicología Analítica y Estudios Farmacológicos (GITAEF) de la Universidad de Los Andes de Venezuela (ULA). Desmienten cuatro mitos:
Que es menos nocivo que los cigarros: Una hora del uso del narguile, equivale a 2 paquetes de cigarrillos y la tasa de monóxido de carbono inhalado en el es 7 veces superior a la del humo del cigarrillo.
Que el agua que forma parte de su mecanismo filtra las sustancias nocivas: Las pipas de agua contienen más nicotina, alquitrán y metales pesados que el de los cigarrillos convencionales
Que es menos irritante para la garganta y el tracto respiratorio: Fumar narguile aumenta los riesgos de padecer cáncer, bronquitis crónica, problemas cardiovasculares y enfermedades infecciosas.
Que el tabaco está hecho de frutas y por ello es una opción sana: Normalmente están aromatizados con esencias frutales o sabores agradables para el gusto humano pero de ninguna manera están elaborados a base de pulpa de frutas.