La ciudad sureña ha vivido en los últimos días una serie de acontecimientos que han encendido las alarmas tanto de las autoridades como de los ciudadanos: un incendio de gran magnitud en el barrio francés, la inexplicable fuga de 10 reos de una prisión local y varios episodios de disturbios aislados.
Sin embargo, lo que ha generado mayor atención —y polémica— es que muchos residentes de la ciudad han señalado como responsable a la famosa muñeca Annabelle, objeto vinculado a supuestos fenómenos paranormales desde hace décadas.
Según reportes recogidos por medios locales e internacionales, el incendio ocurrido la noche del 26 de mayo consumió parcialmente un edificio histórico en el corazón de Nueva Orleans. A la par, se registró un motín en el Centro Correccional Orleans Parish, que derivó en la fuga de al menos 10 internos. Lo curioso, y lo que ha dado paso a teorías sobrenaturales, es que varios testigos afirman haber visto una figura pequeña con rasgos similares a la infame muñeca vagando cerca de ambos escenarios poco antes de que ocurrieran los hechos.
¿Qué tiene que ver Annabelle con todo esto?
Annabelle es una muñeca real, actualmente resguardada en el Museo del Ocultismo de los Warren en Connecticut. Su fama mundial se disparó gracias a la franquicia cinematográfica The Conjuring, donde fue presentada como un objeto poseído y extremadamente peligroso. De acuerdo con los investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren —quienes afirmaron haberla tenido bajo custodia desde los años 70—, la muñeca estaba relacionada con actividades demoníacas, incluida la levitación y ataques físicos a personas.
Aunque el museo de los Warren ha permanecido cerrado al público desde hace algunos años, sus responsables han aclarado en repetidas ocasiones que Annabelle no ha salido del lugar y permanece bajo estrictas medidas de seguridad. De hecho, tras una oleada de rumores en redes sociales en 2020 sobre su “fuga”, se publicó un video en el que se desmentía dicha desaparición.
Sin embargo, el resurgimiento de estas creencias ha tomado fuerza nuevamente tras los recientes sucesos en Nueva Orleans. Algunos usuarios en redes sociales han difundido imágenes manipuladas en las que se observa a la muñeca en distintos puntos de la ciudad, alimentando la teoría de que Annabelle habría “escapado” de su encierro para sembrar el caos.
Testimonios que alimentan la leyenda
“Vi una figura con una cara pálida y ojos oscuros mirándome desde la esquina del callejón, y segundos después comenzaron las llamas”, dijo a un medio local Henry McArthur, vecino del barrio donde comenzó el incendio. “Estoy convencido de que era ella… era Annabelle”, añadió.
En el caso de la fuga carcelaria, un custodio del penal —quien pidió no ser identificado— declaró que escuchó una risa “infantil y perturbadora” en los pasillos poco antes de que se dispararan las alarmas. “Todo fue muy rápido, pero esa risa aún la tengo en la cabeza. Nunca había oído algo igual”, aseguró.
Estas declaraciones, aunque imposibles de verificar de forma objetiva, han sido suficientes para que una parte de la población comience a relacionar a la muñeca con estos hechos, reforzando la creencia popular de que Annabelle podría ser más que un simple objeto de museo.
El museo Warren aclara su posición
Frente a la ola de rumores, Tony Spera —actual responsable del legado de los Warren y yerno de la fallecida Lorraine Warren— emitió un comunicado el 27 de mayo en el que reafirma que Annabelle no ha salido del museo y permanece bajo supervisión. “Entendemos el interés que genera la figura de Annabelle, pero queremos dejar claro que se encuentra en su vitrina de protección, sellada con rituales católicos y bajo constante vigilancia”, afirmó Spera.
El comunicado, sin embargo, no ha sido suficiente para calmar el debate en redes sociales, generando memes, videos y teorías conspirativas que mezclan realidad con ficción.
El poder de lo viral: redes sociales como catalizador
Lo que comenzó como una serie de eventos aparentemente desconectados se volvió viral en cuestión de horas. En plataformas como X (anteriormente Twitter) y TikTok, miles de usuarios comenzaron a compartir videos, fotografías y testimonios, muchos de ellos poco verificables, sobre la supuesta presencia de Annabelle en Nueva Orleans. Algunos incluso afirmaron escuchar voces extrañas o ver sombras en lugares donde se desarrollaron los hechos.
Etiquetas como #AnnabelleReturns o #AnnabelleInNOLA se posicionaron rápidamente en tendencias globales. Influencers y creadores de contenido aprovecharon la ola para publicar teorías, supuestas grabaciones de seguridad manipuladas y comparaciones entre los incidentes actuales y pasadas leyendas urbanas.
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¿Sugestión colectiva o campaña viral?
Especialistas en psicología social advierten que este tipo de fenómenos no son nuevos. “Cuando una comunidad atraviesa una situación de alta tensión o peligro, es común que busque explicaciones que conecten los eventos, incluso si no tienen relación lógica entre sí”, explicó la doctora Amanda Pérez, profesora de psicología en la Universidad de Tulane. “Annabelle representa un ícono cultural del terror, y en tiempos de incertidumbre, ese tipo de figuras resurgen con fuerza como chivos expiatorios”, agregó.
“Estamos en una era en la que los contenidos virales moldean la percepción pública de la realidad. Cuando un símbolo del terror como Annabelle se asocia con caos o desgracia, el relato se alimenta solo”, explicó la doctora Emily Harris, especialista en psicología del comportamiento en la Universidad de Tulane.
Algunos analistas incluso sugieren que todo podría formar parte de una campaña de marketing viral relacionada con una próxima entrega cinematográfica del universo de The Conjuring, aunque no existe confirmación oficial al respecto.
Mientras las autoridades investigan las verdaderas causas del incendio y la fuga penitenciaria, la población de Nueva Orleans sigue dividida entre el escepticismo y la fascinación. Aunque no hay evidencia concreta que relacione a Annabelle con los hechos recientes, su leyenda vuelve a ocupar los titulares y a dejar claro que, para muchos, la línea entre mito y realidad sigue siendo difusa.
Por ahora, la muñeca permanece en su vitrina, pero su sombra —al menos simbólicamente— ha vuelto a recorrer las calles de una ciudad que ya tiene bastante con enfrentar sus propios fantasmas.
Redacción Zigmaz