La audición para un papel: Se aproxima la tragedia

Diego Torres
By Diego Torres 7 Min Read

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Se acerca una  audición. Es el momento perfecto para demostrar tu talento y preparación en el campo de las artes escénicas, y justo ahí te preguntas… ¿Y si no le gusto? ¿Y si me actuación no da la talla? ¿Y si se presenta alguien con más preparación?

Preguntas, preguntas y más preguntas comienzan a cubrir de niebla tu cabeza. La inseguridad cambia de sitio los rieles de tu visión. Rápidamente, tu imaginación empieza a crear imágenes de fracaso y ridículo frente a los jueces.

Practicar  se convierte en el único medio para alcanzar la meta ¿Será suficiente? La incertidumbre se hace la motivación al logro, y tras horas y horas cada interpretación se complica más, por cada paso salen dos escalones más, la perfección se va haciendo más lejana, y el nerviosismo te sumerge en el desespero.


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En primer lugar, para evitar morir por una subida de tensión es necesario recordar que muchas veces la opinión de los jueces no depende exclusivamente de tus capacidades.  En caso de que estén buscando un papel de niño, no creo que te escojan si tienes barba o eres demasiado alto. Si buscan a alguien que quiera interpretar a una ruda y seductora villana, no creo que una cara de bebé  ayude a una jovencita aspirante a actriz. Los factores que determinen quien vive y quien muere varían mucho.

Las audiciones no son únicamente un método para escoger un reparto, son también un puente a la mejora del estilo de los participantes. Cuando alguien se prepara para una audición se hace consciente del límite de sus capacidades, y una vez que las visualiza será posible superarlas. El ser consciente de porqué no te escogieron para un papel puede brindarte la información necesaria para que crezcas en el oficio. Un grave error sería verlo como un fracaso sin ventajas.

Y más allá de lo positivo del aprendizaje, también hay que considerar el hecho de que una cosa es lo que imagina el director, y otra cosa es lo que hace el actor. Una cosa es lo especulativo, y otra cosa lo tangible. Al tomar en cuenta este punto te percatarás de que la subjetividad impera en todo casting, y que muchos inocentes caen en las garras del “fracaso”. Sobran los ejemplos insólitos.

Algunos actores legendarios que fueron rechazados en audiciones

Una anécdota mundialmente famosa que prueba excelentemente la subjetividad de estos procesos tuvo lugar en la ciudad de San Francisco en el año 1915. Encontrándose de gira por los Estados Unidos el célebre actor Charles Chaplin se enteró de que en un teatro local se realizaría un concurso de imitación al célebre actor Charles Chaplin, personaje de fama mundial gracias las películas mudas filmadas en 1914 para la compañía Keystone Studios  ¿Qué podía salir mal? Resulta ser que el artista quedó entre los últimos lugares del concurso, según la opinión del jurado, él no logró imitar adecuadamente al verdadero Chaplin.


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El 15 de julio de ese mismo año fue entrevistado por el Chicago Herald y dijo que estuvo bastante “tentado a darles lecciones de la «caminata de Chaplin», por pena y también deseando ver la cosa hecha correctamente”.

La anécdota no es tan absurda si se toma en cuenta el hecho de que Chaplin tenía un sentido del humor exacerbado, y aunque no pueda demostrarse, probablemente perdió voluntariamente y que eso no fue más que un divertimiento para él. No obstante, es necesario decir que los inicios de Chaplin en el cine no fueron precisamente gloriosos, pues previamente a la fama mundial su productor Mack Sennett se decepcionó profundamente al ver su poca capacidad de interpretación en las películas de acción, y consideró despedirlo hasta que fue convencido por Mabel Normand, su compañera de producción, de darle otra oportunidad. Y eso que ya había sido rechazado en más de una audición antes de comenzar su carrera.

Anécdotas de fracasos previos al éxito abundan en la historia de la actuación (y en general, de la humanidad). Otro desafortunado en sus primeros tiempos fue Harrison Ford, el tercer actor más taquillero de todos los tiempos, quien solo consiguió pequeños papeles sin acreditación, y posteriormente papeles ligeramente más importantes en Columbia Pictures, de los cuales fue despedido por sus constantes discusiones sobre  la calidad de los guiones y su aparente “falta de carisma”. Ford se vio obligado a mantener a su familia con la carpintería, y se dice que su primer productor predicó su supuesto futuro fracasado en el mundo del cine.

Pese a toda la mala fortuna que soportó, el éxito le llegó por medio de una audición, aunque no precisamente de forma tradicional. Resulta que Ford había colaborado en la película de George LucasAmerican Graffiti”, la cual fue exitosa en taquilla y le permitió entablar amistad con el director. Lucas le pidió que le ayudara a elegir a la persona indicada para hacer de piloto espacial en su próximo proyecto, lo único que tenía que hacer era leerle el guión a los concursantes en la audición. El cineasta quedó impresionado con su forma de hacerle y eso le ameritó el papel de Han Solo en la saga deStar Wars”.

Las historias de Chaplin y Ford son prueba de que la desgracia de las audiciones  no necesariamente es igual de trágica que una muerte violenta ¿Dónde está la poción mágica de la actuación que esconden con tanto recelo los ídolos? ¿Es qué acaso un actor con una determinada técnica sirve para el 100% de los papeles y será admirado por el 100% de los directores?

No hay consejo fijo y constante para triunfar en una audición. Si te gustan las cosas cuyo método especifico es aplicable siempre, pues creo que estás intentando triunfar en  la labor errada para ti.

El arte te brinda la oportunidad de ser tu propio maestro, no la desperdicies.

Diego Alejandro Torres / Redacción ZigmaZ

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