Sinceramente esperaba un poco más de rebeldía por parte del club sevillano, pues cayó derrotado en su visita a Barcelona 3-0 el pasado miércoles 5 de abril y se aleja cada vez más del objetivo de la Liga Española, además pone en peligro su clasificación directa a la «Champions League».
Realmente desde minuto 3 de partido Messi empezó a dar indicios de la fiesta que le tenía preparada, con un potentísimo pero bien ubicado remate al ángulo que termina chocando contra el poste del arco defendido por Sergio Rico. El Sevilla se mostró impotente en varios pasajes del partido cuando intentaba hacerse con la posesión del balón, Barcelona fue más practico en la recuperación y cada ataque “blaugrana” convertía en gelatina el sistema defensivo impuesto por Jorge Sampaoli.
La fiesta comenzó temprano
En el minuto 24 calló la primera anotación del botín del uruguayo Luis Suarez, que después de un ligero revote demostró sus recursos de “matador” para definir con una veloz chilena, 3 minutos más tarde Messi remata solitario de pierna derecha tras la habilitación de Suarez y a 10 minutos del final del agónico primer tiempo, tras un tiro de esquina ejecutado por Neymar Jr, Leo Messi pesca en rio revuelto y ametralla el arco, esta vez con la zurda para mandar así al Sevilla al descanso con 3 en la bolsa.
Ya para la segunda parte fue un monologo protagonizado por el sistema que impuso Luis Enrique, que con su nueva modalidad en la formación termina haciendo más prolongada su posesión, pues la salida la brinda tres defensores mientras que acumula 5 hombres en la mitad de la cancha.
Neymar hizo lo que quiso, solo le faltó el gol. Se divirtió a tal punto que sacó de sus casillas al jugador Vitolo, que en mi criterio fue el único con vergüenza deportiva en el club blanco, tomando en cuenta la falta de respecto que significaba un 3-0 sumado a las florituras de Messi, Iniesta y Ney.
En fin, el técnico argentino Jorge Sampaoli deberá reinventarse para las últimas fechas ligueras si desea pelear la plaza directa a “Champions” con un Atlético de Madrid que sabe manejar muy bien la presión.